Esta semana habrá reunión del Consejo Nacional del PJ y se viene otro sábado de agite, cuando la Vicepresidenta encabece el congreso del partido a nivel bonaerense. La exmandataria recuperó la mística y centralidad política pero, ¿alcanza para 2023?
Ahora que bajó un poco la espuma política tras los incidentes que se registraron el fin de semana en el domicilio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Gobierno evalúa el impacto de lo sucedido en la gestión y cómo se reordena el escenario de cara a las elecciones 2023. En paralelo, se prepara para una semana clave en la que se definirá cómo mantener caliente el músculo movilizador en las calles.
Sobre este último punto, este martes el Congreso Nacional del Partido Justicialista vuelve a reunirse en la sede de Matheu al 130, tras declararse en estado de “movilización y alerta”. Durante el último encuentro, el presidente Alberto Fernández participó de manera virtual tras salir a aclarar sus dichos sobre el fiscal Diego Luciani (a quien comparó con Alberto Nisman en otro fallido comunicacional), y propuso realizar una movilización en una fecha que “no solo sea convocante a los peronistas”. En este marco, sonó el 16 de septiembre, día del aniversario de La Noche de los Lápices y del derrocamiento de Juan Domingo Perón.
Todavía no está confirmada para mañana la presencia del Jefe de Estado en la calle Matheu. El Presidente se trasladará por agenda a Bariloche, lo que podría complicar su participación.
En tanto, el Partido Justicialista bonaerense convocó a un congreso partidario para el próximo sábado en respaldo de la exmandataria, quien será invitada además a encabezar ese encuentro. Se prevé que la actividad se realice en la quinta La Colonial, en el Parque Municipal “Néstor Kirchner” de Merlo, con horario a definir.
Ambas actividades serán clave esta semana para definir cómo seguirá en las calles el apoyo a la Vicepresidenta, habida cuenta de que falta más de un mes para el 17 de octubre. No obstante, si algo quedó en evidencia este fin de semana es que muchos de los manifestantes no esperarán instrucciones orgánicas para realizar muestras de afecto.
En el mientras tanto, tanto en el Instituto Patria como en la Rosada y también en el Ministerio de Economía, se evalúa el impacto de la vuelta de Cristina a la centralidad política. El regreso de la mística a raíz del mayor capital del kirchnerismo, como es su demostración de fuerza en las calles, agita el operativo clamor de cara a las elecciones de 2023. Sin embargo, ¿alcanza?
A simple vista el fenómeno de movilización que exige el regreso de la vicepresidenta cumple con las condiciones que las ciencias sociales le exigen para ser un “mito de Gobierno”, aunque parece tener una particularidad: le habla a los propios de su núcleo duro. Esto habilita una segunda pregunta, vinculada a la primera: ¿es realmente el grueso de los manifestantes que se vieron en las vigilias en Recoleta representativo de un sector más amplio de la sociedad?
A juzgar por los testimonios que se recogieron, daría la impresión de que en Juncal y Uruguay se aglutinó el grueso del electorado que gozó de los beneficios del ascenso social durante su primer mandato. No obstante, para que haya un 2023 para Cristina, además de cómo evolucione su situación judicial, no alcanzará sin la economía, y mientras eso no suceda, costará ver a los sectores más postergados en Recoleta pidiendo el regreso de Cristina a la Presidencia.
Según la última medición oficial realizada por INDEC el 37,2% de la población -unas 17,4 millones de personas- es considerada pobre en la Argentina y el 8,2% vive en condiciones de indigencia. En el Instituto Patria son conscientes de que, con la mística sola, no alcanza, y que será necesario acompañar al mito de Gobierno de crecimiento económico con distribución social.
En este marco, el ministro de Economía se replegó durante la semana y mantuvo actividades de bajo perfil, pese a que se manifestó públicamente en apoyo a la socia política del Frente de Todos. No obstante, el movimiento político no tuvo un cimbronazo desestabilizador en la economía, y Sergio Massa se prepara para seguir abocado a su gestión y viajar a Estados Unidos a negociar con distintos actores económicos.
